16 junio, 2014

QUOUSQUE TANDEM?


Desde junio de 2009, como consecuencia de una decisión de los coordinadores de la Comunidad Valenciana (de fecha 11 de noviembre de 2008 y que en su momento critiqué públicamente con el escrito que enlazo) el examen de latín de selectividad exhibe la siguiente cabecera:

Puede utilizarse el diccionario, excepto aquél que contenga información 
sobre derivados, gramática y/o literatura

Al mismo tiempo que se consiente esto, en ocasiones se escuchan quejas del profesorado señalando un supuesto enemigo exterior que conspira para acabar con el latín y el griego. Y, lejos de producirse una reacción colectiva, año tras año, seguimos tolerando esta tremenda injusticia, escudándonos en esta cabecera que nadie firma pero que muchos suscriben.

El pasado miércoles 11 de junio cientos de alumnos acudieron con sus nervios, su calor, su estrés y su diccionario al examen de latín de las PAU. Y, una vez más, con el pretexto del susodicho encabezado a algunos les fue retirado solamente el diccionario de SM. En su lugar recibieron un “listado de palabras” sin ningún rigor lexicográfico, una herramienta impropia de la prueba de acceso a la Universidad que estaban a punto de realizar. El resto de alumnos siguió utilizando su diccionario VOX.

Es una característica habitual en los diccionarios de lenguas de corpus que la gramática venga explicada dentro de las entradas (véase en el Vox, entre otras, la explicación de CUM, en página 119-120; y UT, en página 531). Pero, por no alargarnos en exceso, a continuación veremos sólo algunos ejemplos de la información de la que pudieron disfrutar quienes resolvieron la opción A con el diccionario VOX y de la que fueron privados todos los demás. Respecto a los derivados de la opción A, en el Vox se puede leer de CONFECIT :


El enunciado ofrece, entre paréntesis y en primera posición antes de las acepciones, el desglose del preverbio (CUM) y la base léxica (FACIO) y esta es una información relevante para contestar la pregunta B.3 sobre los derivados. ¿Es lícito pensar que quienes usaron el diccionario Vox tenían ventaja frente a los que se vieron privados del de SM y fueron obligados a utilizar un escueto listado, en el que esta información no constaba y que se les proporcionó en el mismo momento del examen? Y aun así, ¿puede alguien defender que hay que retirar el diccionario Vox, a pocos minutos de jugarse la entrada en la Universidad, después de haber trabajado con él durante todo el bachillerato? 

Respecto a los derivados de PREMO, en el Vox se podían encontrar, diseminados entre las muchas acepciones de la entrada, hasta 6 derivados en español: OPRIMIR, COMPRIMIR, IMPRIMIR, PRENSAR, EXPRIMIR, DEPRIMIR. Además se ofrece la traducción de la misma forma verbal "premeretur", objeto de calificación en el examen en la misma construcción sintáctica de Cum histórico: Cum exercitus premeretur (Como el ejército fuese duramente atacado)”.



¿Fue por ello retirado el diccionario Vox del examen de latín de las PAU? No, en absoluto, pero los demás alumnos no gozaron de esta información en sus escuetos listados, y esto es una discriminación y una injusticia que, año tras año perjudica a un sector del alumnado de latín.

            ¿Es esto igualdad de oportunidades? ¿Hay que seguir penalizando una herramienta frente a otra y, por ende, a sus usuarios? ¿Qué cantidad de gramática y de derivados hay que considerar suficiente para retirar un diccionario a las puertas de un examen de esas características? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar y consentir esta injusticia?


Mercedes García Ferrer, profesora de latín en el IES JB Porcar de Castellón

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